Zelmys
Maria Domínguez Cortina,
Embajadora de Cuba en Grecia
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Por: Zelmys Maria Domínguez Cortina, Embajadora de Cuba en Grecia.
Queridos amigos y amigas de Cuba aquí presentes, tanto del cuerpo diplomático, como de las organizaciones de solidaridad, cubanos residentes en Grecia, amigos todos, muchas gracias por acompañarnos hoy en este importante evento. Muchas gracias al gran amigo de Cuba Velisarios por su iniciativa y la organización de este acto.
Es un honor asistir a esta importante actividad que tiene por objetivo honrar la memoria del líder histórico de la Revolución Cubana, nuestro querido Comandante en Jefe Fidel Castro.
Como todos saben, la Revolución Cubana triunfó el 1 de enero de 1959, tras la victoria del Ejército Rebelde y el movimiento clandestino en las ciudades que durante una heroica campaña, habían derrotado a la dictadura de Fulgencio Batista. Apenas instalado en el poder, el gobierno revolucionario inició el desmantelamiento del sistema político neocolonial, y comenzó a construir una sociedad de nuevo tipo.
Queridos amigos y amigas de Cuba aquí presentes, tanto del cuerpo diplomático, como de las organizaciones de solidaridad, cubanos residentes en Grecia, amigos todos, muchas gracias por acompañarnos hoy en este importante evento. Muchas gracias al gran amigo de Cuba Velisarios por su iniciativa y la organización de este acto.
Es un honor asistir a esta importante actividad que tiene por objetivo honrar la memoria del líder histórico de la Revolución Cubana, nuestro querido Comandante en Jefe Fidel Castro.
Como todos saben, la Revolución Cubana triunfó el 1 de enero de 1959, tras la victoria del Ejército Rebelde y el movimiento clandestino en las ciudades que durante una heroica campaña, habían derrotado a la dictadura de Fulgencio Batista. Apenas instalado en el poder, el gobierno revolucionario inició el desmantelamiento del sistema político neocolonial, y comenzó a construir una sociedad de nuevo tipo.
Como decía el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cada etapa tuvo sus objetivos, los de hoy, por supuesto, no son los mismos que se propusieron en 1959, cuando la Revolución triunfante se enfrentó a la compleja situación del país: hambre, miseria, analfabetismo, incultura, prostitución y las arcas del estado vacías, robadas y llevadas a Estados Unidos.
Ahora la situación es diferente, Cuba y el mundo son diferentes a cómo eran en 1959. Pero, a pesar de las dificultades durante más de medio siglo de revolución, sufriendo las agresiones, el bloqueo genocida de los EEUU, la subversión, en un contexto mundial complejo, donde ya no existe el campo socialista, la revolución cubana sigue de pie y triunfante contra todos los pronósticos y todas las teorías que auguraron el fin de la historia y de nuestro proyecto revolucionario.
La capacidad de la dirección histórica de la Revolución encabezada por Fidel y Raúl , con el apoyo del pueblo, han hecho posibles nuestros logros y que se mantuvieran en alto nuestras banderas de lucha, con dignidad y decoro. José Martí, nuestro Héroe Nacional dijo, “en el mundo hay muchos hombres sin decoro, pero hay hombres que llevan en si el decoro de muchos hombres”. Así era Fidel, un hombre con decoro, que nos legó no solo su ejemplo y su rico pensamiento revolucionario, sino además, una revolución triunfante, respetada y admirada en el mundo entero.
Fidel, como cariñosamente lo llamamos los cubanos, también era un hombre que rechazaba todo dogma, reinterpretaba continuamente la realidad y creía sinceramente en las capacidades del hombre, en la misión redentora de todos los revolucionarios. El 1 de mayo de 2000 en la Plaza de la Revolución José Martí en la Habana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz dio a conocer el concepto de Revolución. Definición convertida, a partir de ese momento, en brújula de la labor patriótica de todo el pueblo cubano y que resume en su esencia la historia pasada, presente y sobre todo futura de la nación cubana.
Decía: “Ya no es posible definir a la Revolución cubana, como lo aprendimos en sus orígenes. Hoy, por supuesto, la definición es más compleja.” Y se refirió a lo que consideró la síntesis de su percepción acerca de lo que es Revolución al definir:
"Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo. "
Fidel, fue un revolucionario sin tacha, un luchador incansable por el bienestar de su pueblo y de la Humanidad.
La historia del siglo XX no se puede escribir sin mencionar a Fidel Castro. Es una figura universal que trascendió las fronteras de Cuba y del tiempo, que luchó por el bien no solo del pueblo cubano, sino por el bien de toda la Humanidad. Sus ideas de solidaridad y cooperación con los pueblos son conocidas. Sus palabras en aquel histórico discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1979, fueron rayos de luz con verdades que iluminaron todos los confines de la tierra cuando dijo y cito algunos fragmentos:
“Se habla con frecuencia de los derechos humanos, pero hay que hablar también de los derechos de la humanidad.
(….) ¿Por qué unos han de ser míseramente pobres para que otros sean exageradamente ricos?
Hablo en nombre de los niños que en el mundo no tienen un pedazo de pan; hablo en nombre de los enfermos que no tienen medicinas; hablo en nombre de aquellos a los que se les ha negado el derecho a la vida y la dignidad humana.
(…) Unos países poseen,( …), abundantes recursos, otros no poseen nada. ¿Cuál es el destino de estos? ¿Morirse de hambre? ¿Ser eternamente pobres? ¿Para qué sirve entonces la civilización? ¿Para qué sirve la conciencia del hombre? ¿Para qué sirven las Naciones Unidas? ¿Para qué sirve el mundo? No se puede hablar de paz en nombre de las decenas de millones de seres humanos que mueren cada año de hambre o enfermedades curables en todo el mundo. No se puede hablar de paz en nombre de 900 millones de analfabetos.
(….)No he venido aquí como profeta de la revolución; no he venido a pedir o desear que el mundo se convulsione violentamente. Hemos venido a hablar de paz y colaboración entre los pueblos, y hemos venido a advertir que si no resolvemos pacífica y sabiamente las injusticias y desigualdades actuales el futuro será apocalíptico.
El ruido de las armas, del lenguaje amenazante, de la prepotencia en la escena internacional debe cesar. Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos y en el holocausto morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo.
Digamos adiós a las armas y consagrémonos civilizadamente a los problemas más agobiantes de nuestra era. Esa es la responsabilidad y el deber más sagrado de todos los estadistas del mundo. Esa es, además, la premisa indispensable de la supervivencia humana.
Hoy más que nunca las ideas de Fidel están vigentes en este mundo actual convulso e injusto, su claridad de pensamiento y acción, seguirá inspirando a todos los revolucionarios con decoro.
En estos momentos Fidel no está físicamente entre nosotros, pero sus ideas viven en nuestros corazones. José Martí, nuestro Héroe Nacional decía, que la “muerte no es verdad, cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”. Y en un bello poema escribió: “Cuando se muere en brazos de la Patria agradecida, la muerte acaba, la prisión de rompe, empieza al fin con el morir, la vida.”
El legado de Fidel vivirá eternamente en cada uno de nosotros, los que en cualquier lugar del mundo honramos su ejemplo.
Por Siempre Fidel, estamos contigo.
Muchas gracias.
Ahora la situación es diferente, Cuba y el mundo son diferentes a cómo eran en 1959. Pero, a pesar de las dificultades durante más de medio siglo de revolución, sufriendo las agresiones, el bloqueo genocida de los EEUU, la subversión, en un contexto mundial complejo, donde ya no existe el campo socialista, la revolución cubana sigue de pie y triunfante contra todos los pronósticos y todas las teorías que auguraron el fin de la historia y de nuestro proyecto revolucionario.
La capacidad de la dirección histórica de la Revolución encabezada por Fidel y Raúl , con el apoyo del pueblo, han hecho posibles nuestros logros y que se mantuvieran en alto nuestras banderas de lucha, con dignidad y decoro. José Martí, nuestro Héroe Nacional dijo, “en el mundo hay muchos hombres sin decoro, pero hay hombres que llevan en si el decoro de muchos hombres”. Así era Fidel, un hombre con decoro, que nos legó no solo su ejemplo y su rico pensamiento revolucionario, sino además, una revolución triunfante, respetada y admirada en el mundo entero.
Fidel, como cariñosamente lo llamamos los cubanos, también era un hombre que rechazaba todo dogma, reinterpretaba continuamente la realidad y creía sinceramente en las capacidades del hombre, en la misión redentora de todos los revolucionarios. El 1 de mayo de 2000 en la Plaza de la Revolución José Martí en la Habana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz dio a conocer el concepto de Revolución. Definición convertida, a partir de ese momento, en brújula de la labor patriótica de todo el pueblo cubano y que resume en su esencia la historia pasada, presente y sobre todo futura de la nación cubana.
Decía: “Ya no es posible definir a la Revolución cubana, como lo aprendimos en sus orígenes. Hoy, por supuesto, la definición es más compleja.” Y se refirió a lo que consideró la síntesis de su percepción acerca de lo que es Revolución al definir:
"Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo. "
Fidel, fue un revolucionario sin tacha, un luchador incansable por el bienestar de su pueblo y de la Humanidad.
La historia del siglo XX no se puede escribir sin mencionar a Fidel Castro. Es una figura universal que trascendió las fronteras de Cuba y del tiempo, que luchó por el bien no solo del pueblo cubano, sino por el bien de toda la Humanidad. Sus ideas de solidaridad y cooperación con los pueblos son conocidas. Sus palabras en aquel histórico discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1979, fueron rayos de luz con verdades que iluminaron todos los confines de la tierra cuando dijo y cito algunos fragmentos:
“Se habla con frecuencia de los derechos humanos, pero hay que hablar también de los derechos de la humanidad.
(….) ¿Por qué unos han de ser míseramente pobres para que otros sean exageradamente ricos?
Hablo en nombre de los niños que en el mundo no tienen un pedazo de pan; hablo en nombre de los enfermos que no tienen medicinas; hablo en nombre de aquellos a los que se les ha negado el derecho a la vida y la dignidad humana.
(…) Unos países poseen,( …), abundantes recursos, otros no poseen nada. ¿Cuál es el destino de estos? ¿Morirse de hambre? ¿Ser eternamente pobres? ¿Para qué sirve entonces la civilización? ¿Para qué sirve la conciencia del hombre? ¿Para qué sirven las Naciones Unidas? ¿Para qué sirve el mundo? No se puede hablar de paz en nombre de las decenas de millones de seres humanos que mueren cada año de hambre o enfermedades curables en todo el mundo. No se puede hablar de paz en nombre de 900 millones de analfabetos.
(….)No he venido aquí como profeta de la revolución; no he venido a pedir o desear que el mundo se convulsione violentamente. Hemos venido a hablar de paz y colaboración entre los pueblos, y hemos venido a advertir que si no resolvemos pacífica y sabiamente las injusticias y desigualdades actuales el futuro será apocalíptico.
El ruido de las armas, del lenguaje amenazante, de la prepotencia en la escena internacional debe cesar. Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos y en el holocausto morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo.
Digamos adiós a las armas y consagrémonos civilizadamente a los problemas más agobiantes de nuestra era. Esa es la responsabilidad y el deber más sagrado de todos los estadistas del mundo. Esa es, además, la premisa indispensable de la supervivencia humana.
Hoy más que nunca las ideas de Fidel están vigentes en este mundo actual convulso e injusto, su claridad de pensamiento y acción, seguirá inspirando a todos los revolucionarios con decoro.
En estos momentos Fidel no está físicamente entre nosotros, pero sus ideas viven en nuestros corazones. José Martí, nuestro Héroe Nacional decía, que la “muerte no es verdad, cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”. Y en un bello poema escribió: “Cuando se muere en brazos de la Patria agradecida, la muerte acaba, la prisión de rompe, empieza al fin con el morir, la vida.”
El legado de Fidel vivirá eternamente en cada uno de nosotros, los que en cualquier lugar del mundo honramos su ejemplo.
Por Siempre Fidel, estamos contigo.
Muchas gracias.