El Che, Cuba y las luchas anticolonialistas en Africa: El internacionalismo como política exterior
por Yannis Tsalavoutas
¿Qué es internacionalismo e internacionalista? Ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros no serα núnca capaz de luchar por sí mismo. Así había definido el internacionalismo Fidel (1988).
Los vínculos de amistad y solidaridad entre Cuba y África datan desde muy
temprano. En 1961, cuando aún Argelia luchaba para su independencia, Cuba mandó
un cargo de armas y medicamentos. En 1963, envió también los primeros tanques de
combate que había recibido de la Unión Soviética, junto con 700 soldados, para
rechazar la amenaza invasora desde Maruecos.
El mismo Che, como artífice de la Revolución Cubana y ministro del gobierno
revolucionario, visitó la mayoría de los paises africanos las cuales a los
inicios de la década de los 1960 habían logrado su independencia y construyó amistades
e intercambios con importantes líderes radicales africanos, como Ahmed Ben Bela
en Argelia, Kwame Ncrumah en Ghana, Julius Nierere en Tanzania y otros.
En el Congo lejano se veían posibilidades favorables para una victora
contra el imperialismo en 1964. Meses solo después de la independencia, en
septiembre de 1960 el líder radical Patrice Lumumba fue capturado y en enero de
1961 fue asesinado. Entonces usurpó el podel un triumvirato que consistía de Thsombé,
Mobutu y Casavubu, hombres obedecientes a las antiguas fuerzas coloniales y a
los Estados Unidos. Sin embargo, en julio de 1964 el fiel a Lumumba Ejercito
Popular de Liberación de Congo se levantó y consigió liberar gran territorio en
el este del país.
En 11 de diciembre de 1964 el Che pronunció un discurso embestida ante la
ONU, denunciando la intervención neo-colonialista en el Congo. A continuación hizo
un recorrido de casi tres meses por el África y se encontró con muchos jefes de
estados y líderes de movimientos independicistas con el fin de asegurar su
respaldo por el caso del Congo. Entre ellos fueron los líderes congoleses Cabila
y Sumialot.
El plan – en el cual concluyó Che después de consultarse a Fidel – empezó a
aplicarse cuando se presentó una demanda oficial por parte de los rebeldes
congoleses. Incluyó el entrenamiento de 128 cubanos, case en su totalidad
negros, y su envío en el Congo bajo el liderazgo del mismo Guevara y con segundo
en mando Víctor Dreke, vetarano de la Sierra Maestra y Escambray. Los primeros
hombres llegaron en abril de 1965 en Tanzania y pasaron al Congo por medio del
lago Tanganica.
Los eventos de esa campaña son conocidos sobre todo por Pasajes de la Guerra Revolucionaria: Congo (alias
Diario de Congo), publicado muchos años después de los hechos, en 1999. El Che comienza
su diario con esas palabras: Esa es la
historia de un fracaso, haciendo una valoración muy dura de la campaña.
El Che realizó esfuerzos sobrehumanos y dió el mejor ejemplo para que esta
lucha lograra. Insistió en tratamento igual entre cubanos y africanos, obligó a
los soldados a respetarse a los campesinos y las mujeres, aceptó subordinarse a
líderes militares locales, intentó aprender suahili y ganó el amor de los
nativos con sus servicios como médico y educador.
Sin embargo la coyuntura temporal se mostró desafortunada, porque cuando
llegaron los cubanos los focos rebeldes prácticamente fueron apagados. Como si esto
fuera poco, el 15 de junio se derrocó por un golpe de estado Ahmed Ben Bela, el
aliado más importante de Cuba en África, mientras ya había muerto (el 19 de
mayo) de cancer la madre querida de Ernesto, Celia. En aquella temporada se
labraron las batallas y derrotas más determinantes en Fort de Force y en
Catenga.
En octubre la frente se derumbó mientras la coyuntura política había
cambiado. Tshombé fue derrocado y el hombre fuerte ya fue Casavubu, quién
ofreció paz a los rebeldes. Además la Organización de Unidad Africana retiró su
respaldo a la guerrilla del Congo. En consecuencia los cubanos en noviembre tuvieron
que salir.
La guerra del Congo fue inevitablemente incorporada en la geopolítica de la
Guerra Fría y en breve el fracaso puede atribuirse en las siguientes razones.
Primero, en el conociemiento escaso por parte de los cubanos de las condiciones
especiales en África, por ejemplo que no existía un campesinado con sensibilización
clasista que reclamara tierra. Al contrario, reinaba el tribalismo, como resultado
le las divisiones que había impuesto el colonialismo. Segundo, la mala colaboración
con jefes militares locales, quienes en su mayoría estaban en el extranjero y
no mostraban mucha disposición a combatir. Tercero, en el mejor armamento y entrenamiento
de las fuerzas pro-imperialistas, las cuales contaban con la experiencia de los
mercenarios blancos y el dinero abundante de los EEUU. Cuarto, en las diferencias
culturales, el inalfabetismo y la superstición, la dificultad de comunicación y
la falta de confianza por ambos partes.
Poco después, en su famoso mensaje en la Tricontinental de la Habana (enero
de 1966), Guevara analiza la condición en África y concluye con una frase
emblemática, y tan malinterpretada: Crear,
dos, tres, muchos Vietnam, es
la consigna.
La historia le desmentaría favorablemente. Aunque no logró crear un Vietnam
africano en 1965, la experiencia de sus combatientes en el Congo resultó imprescindible,
y ayudó en los intentos independicistas exitosos en en continente negro durante
los siguientes 25 años.
La página más gloriosa del internacionalismo de los cubanos en África se
escribió en Angola. Después de cinco siglos de colonialismo y más de diez años
de lucha armada, Portugal concedió la independencia a Angola el 11 de noviembre
de 1975 y el gobierno a MPLA, el movimiento libertador más fuerte e ideológico.
Sin embargo, semanas antes de la proclamación de la independencia, Angola
recibió invasiones combinadas por tropas de Zair en el norte y de Sudáfrica en
el sur, apoyadas por las fuerzas pro-imperialistas de FNLA y UNITA
respectivamente.
La respuesta de Cuba fue inmediata y el 5 de noviembre comenzó a enviar
millares de soldados voluntarios y armas pesadas, en el marco de la llamada Operación Carlota, que aportó
decisívamente en el rechazo del doble ataque. La guerra duró 16 años más, hasta
que se firmara la paz después de la victoria contundente en Cuito Cuanavale (marzo
de 1988) que aseguró no solo la soberania nacional y territorial de Angola,
sino también consiguió la independencia de la vecina Namibia (1990), y ayudó
esencialmente en la caida del régimen racista de apaertheid de Sudáfrica. Como
dijo el después presidente Nelson Mandela, Esa
victoria destruyó el mito de la invinciblidad de los opresores blancos.
En Angola sirvieron en total unos 425.000 voluntarios internacionalistas
cubanos y alrededor de 2.100 de ellos perdieron la vida en el país africano. Los
cubanos no tomaron nada a cambio, solo
los restos de sus compañeros fallecidos, como dijo Amilcar Cabral.
Notable son las palabras de Nelson Mandela cuando visitó
Cuba en 1991: Nosotros en Αfrica estamos
acostumbrados a ser víctimas de otros países que quieren desgajar nuestro
territorio o subvertir nuestra soberanνa. En la historia de Αfrica, es inédito
que otro pueblo se haya alzado en defensa de uno de nosotros.
Importante fue también la aportación de Cuba a la independencia de
Guinea-Bisau (1974), de Mozambique (1975), así que en el rechazo de la invasión
– con motivación imperialista – de Somalia en Etiopía (1977-1978). En todas esas
misiones internacionalistas protagonizaron antiguos combatientes del Che con
experiencia en el Congo, como Víctor Dreke, Harry Villegas y otros.
La solidaridad
internacionalista como política exterior de Cuba frente a África no se
desarrolló solo en el campo de la batalla. Desde el 23 de mayo de 1963 cuando partió
para Argelia la primera brigada médica cubana, con 55 miembros, más de 132.000
de profesionales de la salud han participado en misiones internacionalistas en
varios países, y gran parte de ellos en África. El ejemplo más reciente fue los
equipos médicos enviados en el Oeste de África para afrontar el virus embola.
Hoy Cuba mantiene colaboraciones con 76 paises en las cuales sirven más de
38.000 empleados.
Esa política tenía reciprocidad, porque ayudó también
Cuba misma a sobrevivir durante el llamado Periodo Especial en tiempo de paz,
blindarla con confianza enorme a ella misma y dignidad inquebrante.
Como había dicho prófeticamente
en 1991 Raúl Castro, al recibir los últimos soldados que regresaron desde
Angola: En los nuevos e inesperados desafíos, siempre podremos evocar la
epopeya de Angola con gratitud, porque sin Angola no seríamos tan fuertes como
somos hoy.
Arriba se presentaron algunos
de los ejemplos del internacionalismo en práctica de Cuba, el cual ayudó a lo
máximo en las luchas anti-imperalistas de África, inspiradas por el ejemplo de
voluntarismo y del humanismo de Ernesto Che Guevara de la Serna, conocido como
el Che.