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Πέμπτη 2 Νοεμβρίου 2017

"El Che de las ideas y de la acción" - Discurso de E. Taga

Independencia nacional y la revolución socialista en Cuba

“Nuestros ojos, libres hoy, son capaces de ver lo que ayer nuestra condición de esclavos coloniales nos impedía observar: que la civilización occidental esconde bajo su vistosa fachada un cuadro de hienas y chacales”
Che Guevara, ONU, 1964

El tema de la soberanía nacional posee un papel protagonista en la acción y la búsqueda teórica de Ernesto Che Guevara. Eso es normal ya que Che vivió y accionó en paises donde el tema de la independencia fue uno de los más importantes en las luchas de sus pueblos. 

Las formas con las que se ponen en práctica las relaciones de explotación y represión que se ejercen por algunos estados a otros, son varias. Además del grupo de países ricos y desarrollados, podemos observar dos otras categorías, más grandes. La primera, consiste en aquellos países que están sometidas a los estados poderosos e imperialistas, como colonias o como paises que están bajo ocupación militar. La segunda abarca aquellos países que aparecen ser independientes, pero en realidad están pendientes de la economía de los más poderosos estados.

Che vivió unas experiencias que estaban coherentes con la lucha por la independencia, en las que forjó su conciencia revolucionaria.

La primera fue en Guatemala, en los acontecimientos de 1954 donde se había derrocado el gobierno democrático mediante un golpe de estado, dirigido por los Estados Unidos. Ese gobierno intentó realizar una reforma agraria relativamente moderada. Che vivió de cerca todo el proceso, del cual sacó importantes conclusiones sobre el papel fundamental que tenía en el tema de la independencia y para aquellas fuentes que la ponían en duda. La segunda experiencia fue la que lo condujo a integrarse definitivamente en las ideas del marxismo.

“Un joven dirigente cubano me invitó a incorporarme en su movimiento que está luchando por la liberación armada de su patria. Yo, desde luego, acepté”, escribía a su padre poco tiempo después de su decisión de participar en la revolución cubana.

Esta revolución estaba relacionada directamente con la lucha por la independencia. (...) Dada la situación política de Cuba prerevolucionaria, la revolución cubana se caracterizaba principalmente por su contenido antiimperialista y democrático. Promulgaba por la derrota de la dictadura militar, el enfrentamiento de la preponderancia imperialista y la dependencia de ella, declaraba una reforma agraria radicalizada y el mejoramiento de las condiciones de vida de la clase obrera.

En este contexto, Che destacaba que la contradicción entre el capital y el trabajo es fundamental, pero no es la única. La oligarquía de los monopolios que caracteriza la fase imperialista forma dos polos fundamentales y contradictorios: por una parte se encuentra el sector del capital más poderoso y la estructura del poder del estado coherente con ese sector y, por otra parte, la clase obrera, los campesinos y los pequeños propietarios urbanos. En dos palabras, los medios sectores sociales que sufren la exlotación y la represión del otro polo con diferente medida y de diferente manera. 

Che consideraba que la contradicción entre los paises socialistas y capitalistas no es la única. Hay, además, la contradicción entre los paises capitalistas desarrollados y los pueblos del mundo subdesarrollados. Refería a la “explotación directa de unos paises a otros”.

Por tanto, más allá de la ocupación directa de un país y su colonialización, se refería a aquellos paises que sufren la explotación de parte de fuerzas poderosas, disfrutando al mismo tiempo una independencia tipica y falsa. Subrayaba que “la subordinación económica” de un país conduce “al sometimiento de su mecanismo gubernamental entero a una potencia extranjera”. Soberanía política e independencia económica son directamente vinculadas. 

Según la Segunda Declaración de La Habana (en la cual se declaró el carácter socialista de la revolución cubana), Che cita que “en las condiciones historicas actuales de América Latina, la burguesía nacional no puede encabezar la lucha antifeudalista y antiimperialista....es incapaz de hacerlo, porque se teme ante la posibilidad de una revolución social”. Y continúa...” lo que hoy si es cierto, es la coexistencia en un frente del imperialismo con la burguesía nacional de cada país”. Medio siglo después de su caida, las consideraciones del Che y de la Segunda Declaración de La Habana se mantienen más vigentes que nunca.

Nuestra época está llena de paradigmas de intervenciones militares colonialistas, disfrazadas de operaciones libertadoras y de rescate. Hemos sido testigos de las intervenciones militares en Yugoslavia, Irac, Afganistán, Libia, Siria etc que forman parte de la misma acción geopolítica. En nuestro país, observamos la forma contemporanea de explotación que consiste en el concedimiento de nuestro territorio al capital norteamericano para construir bases militares, la facilitación de vias comerciales para la burguesía francesa y alemana etc. Estas condiciones deben conducirnos a la comprención de la necesidad y de la lucha para un Frente Democrático Antiimperialista que pueda sacarnos de esta situación y dirigirnos hacia la independencia absoluta, eliminando la explotación de hombre por hombre y volviendo a construir el socialismo. 

Y como decía el Che, en 1964: “...no debemos confiar en el Imperialismo nunca. ¡Ni un tantito así!”

(versión abreviada) 
Evgenía Taga