foto: Andronikos Chatzikostis |
Hoy celebramos con los amigos griegos y con cubanos residentes el 59 Aniversario del triunfo de la Revolución Cubana, que se hizo como dijo nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro “por los humildes, con los humildes y para los humildes”. Han sido años difíciles, pero siempre ha prevalecido la voluntad de nuestro pueblo de ser libres y soberanos a pesar de los retos y las dificultades que hemos tenido que enfrentar.
Es importante tener en cuenta durante todos estos años lo que ha significado el bloqueo económico, comercial y financiero de EEUU contra Cuba, el cual aún persiste, y provoca considerables privaciones y daños humanos que lesionan gravemente nuestra economía y crean dificultades para nuestro desarrollo. Pese a ello, en Cuba continuamos enfrascados en la actualización de nuestro modelo económico y social y seguiremos luchando por construir una nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible.
En este sentido, el proceso eleccionario que se ha llevado a cabo desde noviembre del 2017 a nivel de base y que culminara con la toma de posesión de la nueva Asamblea Nacional del Poder Popular en abril de 2018, es una muestra del apoyo del pueblo en la construcción de una sociedad más justa y plena.
En el año 2017 que termina, hemos enfrentado situaciones difíciles con un huracán como Irma que nos causó daños millonarios , pero que permitió mostrar, una vez más, la disciplina y organización del pueblo y la validez del sistema de defensa civil cubano a nivel de todo el país. También se mostró el apoyo solidario de los amigos de Cuba en todo el mundo.
Se ha podido apreciar también durante los últimos tiempos, gran deterioro en las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, marcado por el recrudecimiento del bloqueo, el regreso de la retórica agresiva e irrespetuosa y la arbitraria aplicación de medidas injustificadas que afectan sensiblemente los vínculos entre los pueblos y las familias, así como los derechos y libertades de los cubanos y los estadounidenses. Han sido las decisiones adoptadas por el gobierno de los Estados Unidos en los últimos meses, las que han provocado el retroceso, las que interrumpieron el proceso iniciado por decisión soberana de ambos países para avanzar hacia un nuevo tipo de relación, por primera vez en su historia, basado en el respeto y la convivencia civilizada, y además, han abierto nuevos frentes de tensión.
En este retroceso, los Estados Unidos acuden nuevamente a la fabricación artificial de pretextos que justifiquen el regreso a políticas fracasadas y universalmente rechazadas. En este sentido, Cuba reitera que no tuvo ni tiene responsabilidad alguna en los incidentes que se alega habrían afectado la salud de diplomáticos acreditados o de otros visitantes extranjeros. Los resultados de las investigaciones cubanas y estadounidenses, hasta ahora no han encontrado la más mínima evidencia de las causas y el origen de las afecciones de salud descritas, y que está usando el gobierno de EEUU para tomar medidas contra Cuba.
EEUU ha establecido nuevas prohibiciones a los muy limitados vínculos económicos, comerciales y financieros existentes entre los dos países, ha vuelto a restringir el derecho de los ciudadanos estadounidenses a visitar nuestro país y de los cubanos a los Estados Unidos, ha perjudicado el funcionamiento de las embajadas, con consecuencias negativas para las relaciones migratorias, los intercambios y los viajes entre ambas naciones usando pretextos increíbles.
La nueva política hostil contra Cuba, adoptada por el nuevo gobierno de los Estados Unidos y reafirmada por el Presidente Donald Trump en su reciente discurso en el Estado de la Unión, tiene la oposición del pueblo estadounidense y de la comunidad internacional Este rechazo internacional se expresó claramente el pasado primero de noviembre de 2017 en la Asamblea General de las Naciones Unidas cuando se votó, de forma casi unánime, con la excepción de Estados Unidos e Israel, a favor de la resolución presentada por nuestro país sobre la necesidad de que se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero por parte del gobierno de los Estados Unidos, que el pueblo cubano sufre desde hace más de 50 años. Esta política hostil tampoco tiene el apoyo de la mayoría de la emigración cubana, que también se ve afectada por decisiones que solo favorecen a sectores retrógrados minoritarios, interesados históricamente en conducir a ambos países hacia una confrontación.
Cuba no realizará concesiones inherentes a su soberanía e independencia. Seguiremos manteniendo nuestras posiciones de principios en todos los aspectos de las relaciones internacionales, a favor de los derechos de los pueblos, de la paz, la justicia y de la solidaridad con las mejores causas de la humanidad. Nadie ni nada nos apartará de ese camino.